Comentario
Sócrates (469-399) supera el escepticismo sofista y crea la filosofía antropológica al contraponer a la sensación la universalidad de la razón. El hombre debe alcanzar la verdad mediante el autoconocimiento ("conócete a ti mismo" será uno de sus planteamientos favoritos) y desarrollar su intelecto ("sólo sé que no sé nada"). La ignorancia nos llevará a la maldad, por lo que a través del conocimiento y la inteligencia alcanzaremos la virtud. Pero esa inteligencia hay que desarrollarla, estimulando la búsqueda del conocimiento y de la razón "característica principal del hombre" según Sócrates. El daimónion (voz interior) constituye la única guía moral del individuo. Su oposición a las clases dirigentes provocó una acusación de impiedad y de corrupción de menores, por lo que fue condenado a beber la cicuta. Sus amigos y colaboradores le posibilitaron la huida de Atenas, opción que él rehuyó.
Platón (427-347) debe este nombre a la amplitud de su espalda, considerándose que se llamaba Aristocles, como su abuelo. Oponiéndose a la relatividad manifestada por los sofistas, Platón se interesa por la doctrina de Sócrates, desde donde parte para desarrollar sus propios planteamientos, basados en la existencia del mundo de las Ideas y el mundo del Ser, contrapuestos al mundo de las Apariencias. La formación del mundo se debe a una inteligencia, a un demiurgo, que desarrolla las apariencias (no ser) tomando las ideas como punto de partida. El individuo está formado por cuerpo y alma, siendo ésta inmortal. Existe un número limitado de almas, por lo que es necesaria la reencarnación. Esta unión de alma y cuerpo es accidental y violenta. El Estado platónico está estructurado en tres clases: los filósofos, que gobiernan; los guerreros, que defienden a la sociedad, y los artesanos, que trabajan. La finalidad del Estado es que sus ciudadanos sean felices, por lo que la Justicia debe ser la rectora, junto a la Prudencia, la Fortaleza y la Templanza. Todos estos planteamientos están recogidos en sus principales obras como El banquete, La república, Timeo o Fedón, estructuradas en forma de diálogos, donde el protagonista es Sócrates hablando con sus discípulos. En el año 387 a. C. fundó la Academia de Atenas.
Aristóteles (384-322) se formó en la Academia Platónica y fue nombrado preceptor de Alejandro por su padre, Filipo de Macedonia. A su regreso a Atenas fundó el Liceo, donde se desarrolla la escuela peripatética, denominada así porque los discípulos recibían la enseñanza mientras paseaban por el jardín. Aristóteles abarca todo el saber de su época, rechazando el idealismo platónico para fundar la lógica formal a través de su Organon donde basa la reflexión analítica, la construcción especulativa y el método empírico. El Organon está constituido por la Metafísica, la Física, la Lógica, la Política y la Retórica. La Metafísica estudia el ser en cuanto a ser, compuesto de materia y forma, por lo que el ser es múltiple y no único. Una de las más importantes aportaciones de Aristóteles es la relación entre potencia y acto. El paso de la potencia al acto es el devenir, devenir que implica la existencia de una causa primera, un "primer motor inmóvil" que sería Dios, la "causa de las causas". Alma y cuerpo forman un solo ser. El fin del hombre es la felicidad, siendo el Estado el lugar apropiado para alcanzar esa felicidad mediante la virtud.
Las conquistas militares de Alejandro provocarán la expansión y el contacto de la cultura griega hacia Oriente. Aparecen en esta época helenística nuevas corrientes de pensamiento como las escuelas epicúrea, estoica o cínica, que se mantendrán hasta la época romana. Los epicúreos se interesan por el placer, por el goce continuo, siempre que ese disfrute sea regido por la inteligencia. La escuela estoica fue fundada por Zenón de Citio (335-264) y debe su nombre a las lecciones impartidas en un pórtico (stoa en griego). El acertado uso de la razón y la práctica de la virtud serán los dos puntales de esta filosofía, manteniendo siempre la independencia con el exterior. Los cínicos tuvieron en Diógenes de Sínope (404-323) a su máximo representante, siendo famosa la anécdota, posiblemente falsa, del encuentro con Alejandro. El monarca fue a visitar al filósofo, que vivía en un tonel y sin apenas recursos, ofreciéndole lo que quisiera. La respuesta de Diógenes fue que se apartara, pues le estaba quitando el sol.